La cámara sigue a Meliha, bosnia musulmana; Nevenka, bosnia de origen croata; y Milica, bosnia de origen serbio. Las tres, además de ser supervivientes de la guerra de Bosnia, comparten una misma tragedia: fueron torturadas y violadas como estrategia de limpieza étnica y, 25 años después del conflicto, aún luchan para que se haga justicia. Muchas de ellas han tenido que ver como sus agresores, pese a haber pasado por los tribunales, quedaban pronto en libertad. También accedemos a la historia de Lejla, Ajna y Alen, tres «niños olvidados de la guerra» que fueron abandonados y que sufren el estigma de haber sido fruto de las violaciones que sufrieron sus madres durante el conflicto. Ellos son la segunda generación que lucha contra el olvido y la indiferencia, frente a figuras como Dusko Tadic, el primer criminal condenado por crímenes de guerra y contra la humanidad en el tribunal de la Haya, que sigue negando la evidencia de aquella barbarie que sucedió tan cerca de nosotros.