A primera vista, Viki es una mujer normal, una madre soltera que hace todo por sus cuatro hijos, pero la aparente armonía familiar y las grabaciones de los alegres momentos en el Hogar de Madres (refugio) esconden un dramático pasado. La situación actual de la familia es el resultado de más de 10 años del trabajo duro de Viki. Fue constantemente abusada cuando era niña, pero su vida cambió para siempre cuando la vendieron, con 18 años, al tráfico de personas. Solo pudo escapar tras largos años de prostitución. Empezó una nueva vida, se casó y tuvo cuatro hijos, pero fue entonces cuando comenzaron las verdaderas luchas en su vida. Dos de sus hijos se quedaron con su padre, el más pequeño se pudo quedar con ella, mientras que el mediano se crió con padres de acogida hasta los 7 años. Viki nunca renunció a estar con sus hijos. Este breve documental es una declaración de ella, una historia de enfrentar dificultades cuando una superviviente excepcional decide no permanecer más en silencio.
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